28 de Noviembre 2008

La hora del té

Alguien me ha invitado a té. Con pastas. Entre el periódico de hace dos semanas y el mando a distancia están mis calcetines, un vaso (roto) y mi taza. Mi taza azul oscuro, como los ojos del hombre de negro. Alguien me ha invitado a té y no tengo comida en la nevera. Tendré que ponerme las medias buenas, las botas negras y la camisa de seda. Tendré que salir de este sueño y arrastrarme hasta el baño. Lavar, secar, evacuar. Tendré que decirle al portero que no me espere despierto. Alguien me ha invitado a té y me he comprado una bufanda. Larga y suave. Color (piel de) berenjena. Tendré que poner en hora mis relojes. Mañana llegaré tarde.

Escrito por La pequeña Delirio a las 12:27 PM | Comentarios (1)

Milagros cotidianos

Que las galletas que más te gusten estén en el surtido que compran en el trabajo. Tener un sueño y dibujarlo. Tener otro y enterrarlo. Alfileres y cerillas, para lo bueno y para lo malo. Un té con una amiga de hace mucho. Que te regalen un libro que querías desde hace siglos. Que lo haga alguien que no te esperas. Encontrar el momento idóneo para decir "te amo" (que no es lo mismo que decir "te quiero") y que no suene a ca(ra)melo. Hablar con Pan (en femenino) en la presentación de su libro. Que te roben una imagen mientras caminas como sonámbula. Que te la manden por e-mail. Sonreir a un niño que no pregunta y solo mira. Pensar en todas las canciones de tu adolescencia que definen a una bella dama. Intentar dibujarlo. Entender que el parecido no importa. Solo la tensión en su traducción hace que todo esto sea un milagro, como cuando a la rutina se le cae la t y las señoritas dejan de serlo para convertirse en titanas hiperbólicas a la hora del café.

Escrito por La pequeña Delirio a las 12:07 PM | Comentarios (0)

Extraños, extranjeros, extraterrestres

Desde los diecisiete tuve una duda razonable. Esa duda no me pertenecía del todo. Era una duda compartida. El causante fue Camus y su obra El extranjero, que en origen fue El extraño, aunque hubiera tenido un sentido completo si lo hubiesen titulado El extraterrestre.

Ocho años después, el extranjero no es tan extraño porque los extraterrestres somos nosotros. El problema, la cuestión, la duda comunal estaba en nosotros y no en el libro. El reflejo fue espejismo. Por mucho que me esfuerce sigo sin encontrarle sentido al absurdo. Y eso me alivia. Me condensa. Porque no hay que buscarle el sentido a aquello que no lo tiene. Es tirar el tiempo a la basura esperando a Godot.

Escrito por La pequeña Delirio a las 11:44 AM | Comentarios (0)

24 de Noviembre 2008

No lugares: El Supermercado

La vida sobre la cinta transportadora. No son maletas, sino un lomo de buey de 18 euros, un Rueda seco de oferta y tomates de la huerta (de alguna huerta, o invernadero) ¿Comerá solo o acompañado? Agarra con sus pezuñas el cartelito que indica que él es el "Siguiente cliente". Delimita el espacio. La cinta se activa, arrastra la carne hasta las manos de la cajera de las gafas de pasta. Paga con tarjeta. Visa oro, creo. Sus gafas no son modernas. Sus zapatos están impolutos. No sonríe. Tampoco mira a la muchacha que le da el ticket. Agacha la cabeza, se cierra el abrigo y, con la bolsa en la mano, se va sin dar las gracias ni decir adiós.

Escrito por La pequeña Delirio a las 2:35 AM | Comentarios (1)

23 de Noviembre 2008

Asfixia

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Escrito por La pequeña Delirio a las 11:51 PM | Comentarios (0)

DD/MM/AAAA

Los días 23 me recuerdan que los momentos se pueden sumar en la memoria...

Escrito por La pequeña Delirio a las 11:43 PM | Comentarios (0)

Esto es un experimento

No voy a parar de escribir mientras dure la canción. Dudo que ustedes lleguen a saber qué canción, pero todas las palabras que van a leer a continuación van a ir teñidas de desesperación. Sucia y jodida desesperación. Me preguntaron hace poco por qué hablaba tan mal. Soy una señorita y hablo de puta pena porque lo necesito. Es como lo de levantarme sin bragas por las mañanas o aquello que solía hacer en los lugares húmedos. Descalzarme en el trabajo y comprarme abanicos negros. Uso el plural por alguna extraña razón, una siniestra intención. Solo tengo un abanico negro y esta en mi otra habitación, la que cambié en el último momento, la que encierra buenas razones para dejar de crecer. Estas letras salen agudas, que no esdrújulas. O al revés. Encerrada en una viñeta de Tomine, con el peinado de la protagonista de aquella portada de Daniel Clowes. Mundos fantasmales, invisibles y una rubia de verano. Pelirrojas de otoño por doquier, con ganas feroces, viscerales, de comerse vivo algún que otro momento climático. Y esta morenita que les escribe se arranca los mechones mientras piensa en doblarse hasta agarrarse los tobillos. Hace mucho que no les ofrezco algo sucio, algo triste, algo estúpidamente (i)reflexivo. Una canción que te agarra las tripas no es suficiente. No me basta. Les he dicho a algunos que esta que escribe no soy yo. Es otra, más extrema, más sensible, más serena. Mejor. Lo que no les dije es que también soy una mentirosa.

Escrito por La pequeña Delirio a las 2:40 AM | Comentarios (0)

22 de Noviembre 2008

El día que conocí a una mujer que no hace teatro

No es fácil que nadie me vea. Salgo del trabajo y pienso en la dificultad de los pasos, de las miradas que parpadean, al fondo, y se escapan al entrar en la estratosfera. Pupilas fugaces, las tuyas. Y las tuyas.

No me reconozco en la acomplejada oficinista de la que hablan los papeles. No quiero matar a mi padre, todavía no. Soy imperfecta por definición. Me importa poco la excelencia de las formas, pero me muestro exigente en las fiestas. Exigente y desubicada. Cuando ella mira, cuando ella habla. Se me escapa el poder ser, el poder hablar, el poder hacer. Llevo rímel en la mochila. Para alargar mi mirada y sostenerte. Nunca creí en la mitomanía, ella es pura mitología. El dios Pan le corre piernas abajo. Hilos de locura performativa. Carne que se envenena cada vez, cada vez, cada vez que se pone el traje de sí misma.

Contenida en las fiestas. Habla de autodestrucción, de extremos diluidos, de miseria moral. Ella ha maquillado sus pestañas y se ha puesto tacones. Su labio superior se eleva, a veces. No soy mitómana pero me siento idiota frente a Pan. Me falla el contexto. Frío, siento frío. Sus palabras me abrigan, pero no del todo. Ella es ficción, joder, y, al fin, cruda realidad.

Escrito por La pequeña Delirio a las 11:45 PM | Comentarios (1)

19 de Noviembre 2008

Para conexiones lentas

Desde el estómago. Sentir desde la nuca que te arrancan las ideas. Con fórceps. Creo en la jodida verborrea de un cuerpo inacabado ¿Cómo se disuelve el sujeto? No pienso en ácido sulfúrico, tampoco en dolores de cabeza intermitentes. Te quiero completamente cuerda. Sometida y de rodillas, por propia voluntad. Poniendo tus dos manitas juntas para que te den la santa (h)ostia. Por cobarde, por maldita.

Escrito por La pequeña Delirio a las 5:13 PM | Comentarios (0)

7 de Noviembre 2008

Pequeña Del

Discúlpeme por no ser. No soy tú. Pero sí sé. Tampoco quiero anudarme metáforas al cuello. Me contengo, aunque busque fluir. Resistir. O romper(me). Partirte en dos. Y enamorarme de tu gemelo oscuro. Bajarte la cremallera y libarte, como las niñas de Blas de Otero. Ofrecerte una melodía, un ritmo. Buscar tu reino hueco. Llenarlo de ilusiones. Para ahogarte [en desesperación, de deseo delirante] Y robarte el fondo teñido de estrellas. Pedirte perdón después de derramarme sobre ti. Muñeca rota, dirás. Y sabrás por qué he dejado de ser, que no de saber. Las metáforas me molestan. Ya no me contengo. Al menos contigo no.

Escrito por La pequeña Delirio a las 1:21 PM | Comentarios (2)

-or

No es que quiera dese-arte,
quererte,
cuid-arte.

La conjugación que te perfila los labios,
te desnuda de mañana y te abre de piernas
terminar en -or.

No, no te hablo de am-or.

Escrito por La pequeña Delirio a las 12:43 PM | Comentarios (0)

6 de Noviembre 2008

Zorra abominable

Mi necesidad no es urgente, sino turgente. Redonda. Perfecta. La madriguera de gusano desaparece. Y te retuerces, zorra abominable. Te disculpas [Perdón, perdón] Ofreces tu oquedad. La regalas. Eres otra. Traga fuerte, sin lubricantes. Traga y no escupas. La culpa. Trágatela. Imperativa y esdrújula. Ni se te ocurra mirarme a la cara. Redonda y perfecta ¡Ni se te ocurra!

Escrito por La pequeña Delirio a las 10:40 PM | Comentarios (2)