Delicias de lágrimas junto a la ventana, noche de otoño con luna llena... contenidos para un cuento con niña al fondo. A Alicia no le importaba inaugurar sus viajes con una caída libre, las niñas sin paracaídas y soñando sobre nubes de algodón, sobre colchones de alquitrán... frío y duro suelo de otoño con paisaje de rayos y truenos al fondo, sin parejas corriendo a la orilla de ningún océano, sin paraguas con estrellas en su interior, sin estrella estrellada contra mi ventana, inundada de leve frustración...
Espejo espejito... reflejo de la nada más allá de tu mirada... sintiendo que todo y antes es ahora pero que mañana estaré sola...
En una galaxia no tan lejana como George Lucas nos hace creer (porque se
trata de una historia normal, de culebrón de sobremesa, o peor aún, del "Programa de Ana" o de "El Diario de Patricia"), en esta misma galaxia, en este mismo planeta, en un pueblecito cualquiera, vivía un granjero con físico de
póster nazi (Fuerte, rubio y de ojos azules) llamado Luke.
Por el día araba el campo, cuidaba de las vacas y las gallinas, sacaba agua del pozo, se recreaba con el olor de las flores en primavera y del trigo en verano.
Era huérfano y vivía en casa de sus tíos, que eran como unos padres para él.
Lo que éstos no sabían era que Luke llevaba una doble vida; por la noche se transformaba en la reinona Leia, y animaba las noches en el local "La Estrella de la Muerte", un tugurio donde solían parar tanto camioneros como soldados de la legión imperial.
Una noche en la que Luke, completamente inspirado, vestido con un
insinuante bikini dorado y su habitual contoneo de caderas, cantando aquello
de "You give me fever", llegó a la "Estrella" un hombre fuerte y arrogante,
con un aire a lo Harrison Ford y un látigo en la cintura a lo Indiana Jones,
que dejó sin voz a nuestra gran Leia, la reina de la única "Estrella" que
iluminaba aquella noche (fuera llovía a cántaros). Ruborizada, salió corriendo
del escenario.
El bareto lo regentaba un hombre oscuro,
siempre vestido de negro y con unserio problema en las cuerdas vocales,
aunque su voz recordaba levemente a la de Constantino Romero.
Vader se llamaba, un hombre enigmático que quería con locura a Luke, haciendo de "manager" de éste,
intentando impulsar su carrera musical y su primer disco "La reina de las Galaxias".
Vader se solía ver con un tal Palpatine, un vejete con delirios de grandeza
que envidiaba la relación de camaradería entre Luke y Vader (porque a Luke
le gustaban más los hombres tipo Bruce Willis, cachas y con mucha
testosterona, que los que vestían de negro, con aire de perdidos e instinto
paternal; porque Vader era para Luke el padre que nunca tuvo). Pero, Luke
sospechaba que Palpatine salía con Vader por simple interés económico ya
que era el principal proveedor y dueño del 70% de las acciones de "La
Fuerza", bebida energética inspirada en la poción de un tal Panorámix, que
necesitaba expandirse en el mercado y que tenía ya a punto su lanzamiento
publicitario con el eslogan "Que la Fuerza te acompañe". Vader, además de
"La Estrella de la Muerte" (local que regentaba por puro placer y capricho), era
dueño de la cadena de supermercados más importante de la galaxia,
SuperJava, y de Patatas Imperio, "las patatas fritas de los rebeldes", por lo
que una fusión sería más que rentable para Palpatine.
El tipo con látigo se acercó al camerino de Luke; se llamaba Han, "solo" Han,
e iba acompañado de su perro Chewbaka. Luke, más tranquilo tras su trago
de "La Fuerza", invitó a pasar a Han a su camerino.
Y ocurrió una de esas cosas que nadie se cree hasta que le pasa:
un flechazo. Han invitó a la diva a un trago de "La Fuerza".
Mientras, Yoda ya había sustituido a Luke
y animaba la velada cantando "In the ghetto".
Estuvieron hablando toda la noche.
Han le contó a Leia, digo, a Luke, a qué se dedicaba
(contrabando de látigos, cuero, sables de luz y fetiches varios),
éste se quedó impresionado por la vida tan azarosa y repleta de
aventuras que Han le relataba con mimo y precaución.
Todos lo planetas que habia visitado, todos los paisajes, cielos y flores que habia conocido.
Luke se sintió pequeño ante tamaña vida, ante todas esas cosas que deseaba admirar y experimentar y que ni siquiera habia visto en fotografía.
En la oscuridad del local, Palpatine planeaba un chantaje para alejar a Luke
de Vader y asi hacerse con el monopolio del mercado del consumo doméstico
de la galaxia con su producto estrella, "La Fuerza", a la cabeza.
Palpatine sabia por Vader que Luke habia estado con el párroco del pueblo,
Obi Uan Kenobi. Eso suponia un escándalo,
debido a que Kenobi pertenecia a la orden Jedi,
orden religiosa que castigaba la violación de sus votos
(en este caso el de castidad) a la vez que suponia la perversión de un menor,
ya que, en el tiempo que duró esta relación, Luke no habia cumplido los
veintiuno (Estamos en un pueblecito perdido en el Estado de California, cerca del desierto de Nevada, USA), que era la mayoria de edad estipulada en ese Estado.
Lo que no sabia Palpatine es que Kenobi era un hombre de ciencia y
sospechaba que su bebida energética tenia una cantidad de Amidala
(Sustancia que altera el comportamiento de quien lo ingiere, sintiéndose con
la capacidad de controlarlo todo y a todos; crea paranoia y adicción, y puede
desarrollar latentes telekenesis y telepatias) superior a la estipulada por la
ley, y que habia enterrado este alarmante dato a golpe de talonario. Y eso
Luke lo sabia.
La noche siguiente, Luke se vistió con sus mejores galas: un vestido blanco
que acentuaba sus curvas y un peinado a lo Dama de Elche. Han le habia
prometido que iría, pero que seria su última noche en Maul (Asi se llamaba el
pueblo) ya que debia partir a Tatooine de inmediato por aquello del
"bussiness".
Luke hechizó al público con su caida de pestañas, su mirada cristalina, su voz
sinuosa emergiendo de sus delicadas cuerdas vocales, cantando "Toda" de
Malú; y Han decidió que habia llegado el momento de dejar de estar "solo".
Todo fueron aplausos y gritos de elogio para la joven diva; y al bajar del
escenario sus ojos se llenaron de lágrimas al ver que Han le esperaba con los
brazos abiertos y una sonrisa orgullosa de oreja a oreja. Superado el subidón
provocado por la reacción casi histérica del público, Han y Luke se dirigieron
a una mesa apartada donde el primero le pidió al segundo que le acompañara
en sus viajes interestelares; Luke no cabia en si de gozo e ilusión, pero pensó
en Vader y en toda las expectativas que éste habia puesto en su carrera
musical.
En esta empanada mental se encontraba nuestro pequeño saltamontes cuando
se acercó Palpatine con sonrisa fonada, felicitándole por su enorme éxito e
invitándole a un traguito de "La Fuerza"; Luke desechó la invitación (le habia
prometido a Han que se desengancharia), pero Palpatine insistió y, como era
el novio de su padre adoptivo y amigo, accedió.
Se acercaron a la barra y en ese instante fue cuando Palpatine soltó su
chantaje como un rayo láser dispuesto a acabar con el planeta al que
apuntaba. Pero Luke no se inmutó, no movió un solo músculo de su cara; se
recogió la falda, se quitó los tacones (los pies los tenía machacados) y giró
sobre sus talones ciento ochenta grados en dirección al despacho de Vader
que, al conocer la noticia, tanto del chantaje como de los resultados - o más
bien especulaciones- de las averiguaciones de Kenobi, se le rompió el
corazón. y lleno de ira, se encaminó hacia la pista de baile para enzarzarse en
una pelea digna de pista de barro. Palpatine era ya viejo pero "La Fuerza" le
había dado una capacidad de reacción sobrenatural, lo que explica que saliera
"por najas" sin problema alguno. Pero no contó con el instinto asesino de
Chewbaka. Ese fue su error.
Superado el trauma, Vader encontró refugio en los brazos de un tal Lando
Calrrisian, negrazo imponente, camionero (Aunque tiempo después se
pusiera tetas y se metiera en la industria del pomo), personaje rebosante de
amor para dar y tomar, que volvió a llenar su corazón de rojo carmesí y verde
esperanza.
Luke se dedicó al mundo de la canción melódica; gano tanto Operación
Triunfo como Eurovisión; Vader respaldó su carrera musical en todo
momento, haciendo míticos discos como "La Reinona Contrataca", "El
Retorno de la Diva", "No me amenaces, fantasma"(con canciones inspiradas
en la vida y milagros de Palpatine) y su último disco, el más esperado: "Doy
guerra porque no hay quién me clone".
Luke vive felizmente junto a Han, que ahora regenta un club donde Luke
suele actuar para un público selecto ( léase VIP -very important people- )
llamado "El Halcón Milenario".
Chewbaka volvió a la selva.
Y vivieron felices (ganaron los buenos, como siempre) e hicieron mogollón de euros.