15 de Febrero 2008

Calores

Una mujer uterina pregunta si alguien se puede correr desde los hombros. No le respondo. Se lo ha preguntado a otra. Yo solo le hablo de que todas necesitamos calor, mucho calor. Dentro. Ese calor surge cuando él cierra la puerta ¿Lo notas? Cierra la puerta sonriendo. Se gira y te mira. Las muñecas desnudas. Las mira con deseo y se las ofreces ¿Por qué no? Él las rodea con sus dedos. Fuerte. Y las coloca en tu espalda. No sabes si gemir mientras te deshaces piernas abajo o apartar la cara y dejar todas tus pequeñas debilidades en exposición. Él es un coleccionista de orgullosas nínfulas venidas a menos. Pero tú no das el perfil. Y eso te encanta. Te acaricia con la nariz. Tus mejillas se encienden. Empiezas a perder el control. Le sacas la lengua, burlona. Y le sonríes, pero no le invitas a entrar. Él duda. Te libera. Inspeccionas tus muñecas. Recuperas el habla, pero no dices nada. Abres la puerta. Y te enfrías.

Escrito por La pequeña Delirio a las 15 de Febrero 2008 a las 05:14 PM
Comentarios

He encontrado esta entrada y me ha recordado algo que había leido, no me gustan que copien y por eso te aviso.

Escrito por te copian a las 15 de Febrero 2008 a las 09:31 PM

Arte. Esa es la palabra que me viene a la mente al comentar este post que acabo de leer.

Escrito por Mado Martínez a las 18 de Febrero 2008 a las 02:36 AM

Arte. Esa es la palabra que me viene a la mente al comentar este post que acabo de leer.

Escrito por Mado Martínez a las 18 de Febrero 2008 a las 02:37 AM
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