15 de Agosto 2007

No pienses en un elefante

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Las noches llenas de espirales no huelen a hierbabuena y ron, pero hoy hay luna nueva y la casualidad parece haberme traído a un local de esos que mi madre gusta en llamar "de mala muerte". No reparo en nadie al entrar. Me siento en la barra y pido ginebra con tónica. Las paredes están llenas de citas perversas. Me pregunto si a la camarera le gustará el vino blanco con fresas. Se muerde el labio inferior cuando tira las cañas y se saca discretamente las bragas del culo cuando nadie mira. Se maquilla desnuda, de eso estoy segura. Es fácil imaginarla saliendo de la ducha con el rímel en una mano y el lápiz de ojos en la otra. Su larga y oscura melena mojada cayendo sobre sus hombros mientras se viste a ritmo de Tom Waits. Pero no llega a los veinte y sonríe amargo. El espejo de detrás de la barra hace las veces de callejón sin salida y me encierro con un chico oscuro en el baño de caballeros. No hablamos. Él me mira como si quisiera encontrar algo detrás de mis pupilas. Yo me entretengo en sus pestañas. Se las chupo porque sí y se ríe como lo hacen los del otro lado del charco. Me siento y le desabrocho el cinturón. Le miro desde abajo y le pido que no piense en un elefante. Me pregunta el porqué. Yo le digo que es porque estoy intentando cambiar de marco. Se encoge de hombros. Hago virguerías con los botones de sus vaqueros. Sus calzones son de estrellas. Me gustan. Se sonroja. Cierro los ojos y le hago rozar unas cuantas...

Escrito por La pequeña Delirio a las 15 de Agosto 2007 a las 04:38 AM
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