No soy lo suficientemente valiente como para ser odiada. Por eso miento. Admito mi cobardía. Querría ser una chica con cuernos y tridente, una Al Columbia llena de descaro y malas intenciones, capaz de escudarme en la hipocresía de un mundo generalizado para poder hacer lo que el cuerpo me pidiera pero, por alguna extraña razón, necesito el sufrimiento, el cultivo de algún dolor, para creer que me merezco lo que tomo de los otros. Llámenlo platonismo, tristes ideales o gilipollez postadolescente, lo que más les provoque. Soy consciente de mi confinamiento moral. Un amigo suele decir que la moral es algo construído. Él se pone una cara para cada ocasión. Leyó Así habló Zaratustra mientras estudiaba la carrera y ahora es cínico por convencimiento además de por vocación. A mi me sigue gustando releer Werther de Goethe y suicidarme ante el descubrimiento de mi propia mediocridad. Puede que siga siendo una romántica después de todo...
Esta noche parecía igual que las anteriores hasta hace una hora. Madrid arde de día y respira de noche, lo sabían? Me paso estas madrugadas leyendo hasta que comienza a amanecer. He recortado un artículo sobre Elvis y lo he pegado en la pared. Estoy segura de que mi santa madre ha hecho lo mismo. No sé por qué todavía no ha ido a Memphis. Compró hace unos días una de sus películas. En la portada salía un Elvis con barba. Las colecciona desde hace mucho tiempo. Y es que ustedes entenderán que estas cosas se hereden o se peguen. En mi caso, la capacidad casi ilimitada para enamorarme de cualquier mito y serle fiel durante una buena temporada, aunque mi homenaje al Rey haya ido por otros derroteros...
Y antes de darle a la tecla de "publicar" se me ocurre que, sin ninguna duda, Memphis es esta semana la tierra de los corazones rotos, pero también la ciudad de muchos, muchísimos creyentes.
*Elvis Presley - Love me Tender. mp3
*Elvis Presley - Fever. mp3