Crimen y castigo, en carne y hueso. Visto a través del método Chejov, del método Stanislavski, ¿del método Silva? ¿del método Gronholm? Después de tanto protocolo teatral, la sensación residual fue más bien húmeda. Y he descubierto una vocación tardía: el billar. Un taxista me ha llamado "mujer". Con todas sus letras y de madrugada. El preso número nueve era un hombre muy cabal.
Escrito por La pequeña Delirio a las 5 de Diciembre 2008 a las 04:19 AM