¡Luz, más luz!
En el teclado de casa no puedo ofrecerles admiraciones. Las corto y pego de otros lugares. Ayer, nada más llegar al hogar, bullían en mi cabeza señales de auxilio. Quería contarles, decirles, suplicarles, pero la tecnología y un incipiente dolor de garganta me empujaron fuera de escena. Y recordé que necesito luz, más luz...
He soñado con corazones, troceados. Rosas viscerales. Carne. La banda sonora
era una ranchera. Confinada en un urinario. Cuatro paredes y él abierto en canal. Sin miedo a que salpique. Sin chantajes, sin sollozos. Una hoz de asesina de comic. Desde la primera cicatriz, jodidamente ensangrentada.
He braceado, desde el sueño y, sin saber nadar, he dejado atrás el azul petróleo.
Escrito por La pequeña Delirio a las 14 de Octubre 2008 a las 04:01 PM