Como en un cuento de Carver,
lo triste termina pareciendo comedia.
Tragi-comedia.
El teatro del absurdo se hace realidad,
el padre recibe su no castigo, en un hotel que es asilo,
y los amantes de los dos hermanos se disuelven.
Ella narra y sobrevuela el accidente.
Él cruza el Atlántico para decir "sí, quiero".
El final parece feliz, con drogas legales de por medio,
jamaicanos-nigerianos, una lámpara de lava y un gato al que llaman Bestia.
Y la salvación es... para los que no se rinden!
O eso me pareció antes de que los títulos de crédito me robaran una sonrisa.
La banda sonora era como de sueño antiguo. De ahí que hasta piense en repetir...
y donde dejamos la santa pa-ciencia de la paz?
Escrito por el angel de las mil violetas a las 22 de Agosto 2008 a las 03:48 AM