Ocurre después del amanecer. Recorrer el camino a casa, pero al revés. Tropezar con la duda mientras intentas bajar las escaleras con las manos en la espalda. Una galleta en la boca, el billete en la mano derecha y en la izquierda nada. Evitas mirar a las vías. Te asomas a la pupila del metro y ves luz al final del túnel. Lees noticias gratuitas. Memorizas las paradas de la línea 10. Te pegas con la señora que quiere entrar antes de dejarte salir. Miras a los ejecutivos agresivos que no lo son tanto con cara de odio. Lo que en verdad sientes por ellos es pena. A ti te llaman niña, aunque vayas a dejar de ser joven en dos años. Le hablas a tu jefe de tu inconsciencia a la hora de follar. Le da igual tu opinión en relación al último tema de la agenda. Piensas que es hora de largarse, coges tus armas de destrucción masiva y te las guardas para después. Atragantarse con las noticias y masticar a los ejecutivos. Desearles una muerte súbita, pero dulce. Cagarte en las vías y esperar a que la luz se haga. Antes de que anochezca.
Escrito por La pequeña Delirio a las 11 de Abril 2008 a las 02:02 AM