Sé que quieres escuchar el cuento de nuestro encuentro fortuito, pero necesito construir para encontrar las vocales adecuadas, los lugares ejemplares, la conjugación que mejor nos siente. Sé que el tiempo será el futuro. Todo lo bueno siempre está por ocurrir. Y las estrellas nos dirán qué enfermedad padeceremos a cada segundo. Tú te encargarás de mi melancolía. Yo acabaré con tu desidia a golpes bajos. Ellas elegirán la muerte que menos nos guste, una donde la vergüenza y la rutina se agarren de la mano para devorar nuestros siniestros sueños, nuestras más brillantes pesadillas. Y seremos libres. De nosotros mismos. Y estiraremos este cuento. Hasta que se rompa del todo.