Visto desde arriba, he aquí un sueño tapizado en cuentos, con estrellas que brillan desde el techo y huevos estrellados contra el plato. Hace falta una alfombra para que nuestros pulgares comiencen el día contentos. Y besarte en la frente antes de irme a trabajar se vuelve una deliciosa rutina. Lo escribo, por si acaso. Porque puede que pierda la orientación por causas naturales y te grite sin querer un día de luna llena. No desesperes. Yo aprendí a nadar en aguas turbulentas una vez. Te enseñaré si me lo pides. Aprenderemos juntos a flotar. Y a dejarnos llevar por la corriente...
Escrito por La pequeña Delirio a las 19 de Noviembre 2007 a las 08:24 PM