Porque es cierto que hubo un tiempo en el que me gustaba que él me cogiera con fuerza de las muñecas, que me bajara las medias con cuidado escrupuloso y que me la metiera con las bragas puestas. Solíamos quedar en un cine, de madrugada. Con tacones, desde luego, y una falda tableada. Decía de ese trozo de tela que le recordaba a todo aquello que no pudo hacer cuando estaba en el instituto. Reventaba los botones de mis camisas preferidas y se enroscaba en mi cintura por las noches. Dormíamos desnudos, fuera invierno o primavera. Algunos sábados y domingos se desperazaba desde temprano. Era entonces cuando, inquieta y despeinada, esperaba a que me acariciara mientras me hacía la dormida. Sus dedos dibujaban mariposas en mi espalda, tanteaban mis nalgas y se precipitaban hacia las diferentes oquedades de mi geografía. Entonces, él entraba por detrás creyéndome en otro sitio. Le dejaba metérmela en silencio, sin dejar escapar siquiera un leve gemido. Una vez supo de mi travesura a través del reflejo de la ventana. Yo me di cuenta pero él no dijo nada. Tan solo se limitó a acelerar el ritmo para que me delatara. Acercando su boca a mi oreja, como si quisiera revelarme algún secreto milenario, me susurró barbaridades que me hicieron sentir como una muñeca hentai. Fue entonces cuando, todavía legañosa y somnoliente, me corrí pensando en ella. Él terminó en mi espalda. Nos duchamos y, sonrientes, desayunamos en silencio.
Escrito por La pequeña Delirio a las 22 de Mayo 2007 a las 02:55 AMMis post son más fríos... creo. ;)
Escrito por wise a las 22 de Mayo 2007 a las 03:09 PMSiento el exceso de calor. Recordar es lo que tiene, que te sales un poco de la realidad ¿O acaso es todavía más real cuando lo escribes? Mmm, creo que lo meditaré a solas, jeje...
Escrito por Pequeña Delirio a las 23 de Mayo 2007 a las 03:03 PMtorridos y estimulantes recuerdos, realidad trastocada...
Escrito por psicofante a las 25 de Mayo 2007 a las 03:15 PM