La Pequeña Delirio

Let me see you stripped down to the bone

No puedo evitar sentirme en un cuerpo que no es el mío cuando oigo Stripped. Desde la primera nota pasada por sintetizador hasta el último susurro de Dave Gahan en mi oreja. El tiempo se me escurre de las manos y resbala por mis piernas. Se abre un vacío entre mi estómago y su voz. En él caben algunas versiones soñadas por mi cuando tenía quince años. Tempus fugit. No me parezco en nada. La transformación es total. Pierdo el norte. Desorientada y con un reloj de cuerda que solo acierta dos veces al día. Soy otra cuando escucho esta canción. Y me gusta la idea de que alguien me pida verme descarnada. Tan desnuda y abierta en canal como en la pesadilla de un demente. Me siento llama y, a la vez, polilla. Nadie me advirtió de que la tentación no solo intimida, si no que también duele.

*Fotografías de Laurie Simmons