Las noches se convierten en mañanas templadas,
rellenas de azúcar y miel cuando te despiertas,
mientras observo tus pequeños desperfectos
esparcidos por las sábanas.
No te enfoco,
te me disuelves entre mis piernas
y desfiguras el recuerdo
de lo que yo una vez intuí cierto.
Pero tan solo fuiste un sueño...