5 de Febrero 2007

El día después...

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Después de qué, dirán ustedes, amables lectores. El día después a la felicidad. A esa sucesión de momentos agradables que, sabiamente mezclados, suman ese sentimiento de plenitud transitoria. Pueden recordarme que es mi típico y vulgar síndrome de lunática (por lo espesita que me vuelvo los lunes) a lo que tendría que responder que no, hoy no es un lunes cualquiera. El día de hoy es un suplemento a este fin de semana, ni siquiera una consecuencia. Puede que un complemento circunstancial de tiempo. Lo estoy padeciendo, claro, pero menos que otras veces. Y explicarme va a requerir demasiadas ganas por mi parte así que me limitaré a decir que a Paul Verhoeven le sienta de miedo rodar en su patria y que no deberían descuidar ninguno de sus sentidos, sobretodo si deciden rememorar tiempos mejores a través de caramelos que les transporten a su infancia o comprar inciensos de sándalo que una vez encontraron por casualidad en El Rastro.

Los golpes de realidad desvirtuada de este día han venido incluso antes de abrir las páginas de El Mundo. Y me da miedo seguir siendo universitaria por culpa de titulares como éste: "Al Fatah desafía a Hamás al arrasar la Universidad Islámica de Gaza" (El País) porque, como todos ustedes saben, tal y como reza la noticia, las universidades son nidos de terroristas.

Espero que la señorita MaeMae esté estudiando armoniosamente y que tenga algo de tiempo para pasearse entreblogs para que me desmienta que Sarkozy está ganando terreno en las periferias. No sé si quienes le dan cobijo y empleo también creen que los musulmanes de tercera generación se deben volver a "su país", y dado que falta poco para que nos veamos agradecería que me dijera que los medios patrios mienten. Por cierto, para cuando aterrice de nuevo en la capital del reino de España estrenarán ese experimento coral que es "Paris, je t´aime", qué cosas!!!

Los coreanos están de suerte. Cambian reactor nuclear por petróleo foráneo. Vamos, lo que se dice una chantaje de los de antes. Pero las buenas noticias también tienen cabida, por qué no. Mientras "EEUU rechaza facilitar al juez datos de quienes mataron a Couso" (El País), en Chile los torturadores, libres de la ley del silenco, empiezan a contarle a los familiares dónde encontrar los restos mortales de sus seres queridos. Y pienso en la película de ayer, en el dolor y en el perdón. También en la venganza, esa gran amiga de la violencia que no cesa.

"Cerca de 100.000 alumnos de ESO pegan alguna vez a sus compañeros" (El País). Yo no toqué a nadie cuando cursaba la EGB, pero maltraté psicológicamente a algún que otro niño cuando estaba en parvulitos. Supongo que el problema radica en la legitimación de esa violencia, ¿no creen? Ya sea esplícita o velada, el control sin previa negociación, sin ardides orales, sin razón. Creo que ya llevamos seis mujeres asesinadas en lo que va de año. Otro suma y sigue. Me encantan las sociedades que miden cuantitativamente sus asesinatos, sus accidentes, sus arrepentimientos, sus resbalones; en definitiva, sus muertos.

Volviendo al prisma positivo con el que inauguré este lunes, me ha emocionado leer la entrevista a Yoko Ono que, espero, puedan leer ustedes. Había muchas otras cosas, desde luego. Pero este era el filtro de hoy, aunque he reservado algo para después...

PD: Por cierto, este número de Babelia debería pasar a la Historia!!!

Escrito por La pequeña Delirio a las 5 de Febrero 2007 a las 01:43 PM
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