La Pequeña Delirio

El vacío de Versalles

Hay formas y formas de llevar a la pantalla grande los problemas de palacio. Y me voy a poner seria porque me está empezando a tocar los bemoles el hecho de que el trailer prometa algo que luego no encuentras en el metraje ni así te duermas y sueñes con lo que debería haber sido la película por la que has pagado 6 sacrosantos euros.

"María Antonieta" es un hermoso pastel relleno de nada. Los que esperen, como yo, encontrarse con un videoclip de dos horas salpicado de pura posmodernidad que no se echen tan pronto a la carretera. Lo que van a soportar es el drama palaciego de una niña con las hormonas revueltas y cuyo marido decide interesarse en otros menesteres, por lo que decide ahogar sus penas en champán y pasteles.

Sofia Coppola logra con "Maria Antonieta" algunos momentos memorables, como el baile de máscaras a ritmo de Siouxsie and the Banshees o las escenas de cama abanico en mano y liguero, pero decepciona. Desde mi humilde perspectiva la esteta realizadora no se ha decidido a poner toda la carne en el asador. Da la impresión de que no tiene muy claro si está haciendo una película de época o un telefilm de adolescentes en Beverly Hills. Eso sí, la fotografía, la ambientación, las canciones de Joy Division y Steve Coogan hacen que esta desafortunada tercera película de la Coppola pase un poco más rápido. Aunque tampoco mucho.