1 de Febrero 2007

Todo queda en casa

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Dije a principios de año que "Children of Men" era la mejor película del pasado 2006 y lo sigo pensando. La he recomendado por activa y por pasiva, ganándome el odio familiar, pero lo vuelvo a mencionar, por si acaso. De un tiempo a esta parte, están llegando desde México películas con un nuevo aire, ya sea el pretencioso aroma de Iñárritu o la retorcida fantasía de Guillermo del Toro. Cuarón es el más auténtico de estos tres. O, al menos, el que, sin quererlo, ha logrado dar a nuestra generación la película de Ciencia Ficción que se merecía. Y no deja de ser irónico que una de las maestras del suspense sea la autora de semejante presente apocalíptico. Como buena "asesina", P.D. James perpetra el fin de los tiempos en clave de thriller y Cuarón lo convierte en el pan nuestro de cada día, solo que llevado al extremo de una manera soberbia.

Desde México, el actor Diego Luna (al que vieron en "Y tu mamá también", entre otras muchas) subraya que lo que Cuarón hace no es cine mexicano, en comparación con el pasaje recogido en la "Babel" de Iñárritu, sino que más bien se trata de "una película inglesa" en toda regla. Es interesante esta observación, que viene acompañada por unas declaraciones incendiarias en las que este actor afirma que al cine hecho por mexicanos le toca emerger fuera de sus fronteras por la falta de apoyo nacional. No sé por qué pero estas declaraciones que leí hace un par de días en la prensa hacen que me acuerde de un comentario malvado perpetrado por un compañero de facultad, hará ya un año. Hablábamos de la endogamia en el atrofiado mundo del cine español y del sentido que tenía mantener desde el aparato estatal una industria que solo daba pérdidas. Él llegó a la conclusión de que esta industria en España se resumía en cuatro grandes familias (Trueba, El Deseo, Querejeta y Cuerda) y que el resto era pura ilusión. Desde aquí le doy gran parte de razón.

Las nuevas promesas, las mismas que se hartan de demostrar lo que saben hacer en cortometrajes y series de ficción, lo tienen crudo, pero nada es imposible. Fresnadillo, por ejemplo, tras cinco años desde "Intacto" se ha ido a Inglaterra a rodar su próxima película. Es entonces, ante la evidencia de la endogamia más improductiva, cuando surge la excusa de la reivindicación cultural. Nuestro arte, nuestra artesanía. La misma que para hacer medianamente comestible un producto (sí, producto) debe amoldarse a lo que siempre ha dictado nuestra ya cultura materna: la estadounidense. No le den más vueltas. Cuando les gusta una película española, en el hipotético caso de que decidan ver algo más allá de Almodóvar, Amenábar o Trueba, es porque les recuerda a otra ya hecha fuera de nuestras fronteras, o porque los recursos narrativos han sido utilizados "a la europea". Pocos directores suenan entre los elegidos por las "Cuatro Grandes". El resto se dedica a sobrevivir en otros entornos, con la falsa esperanza de llegar a ser el próximo Pedro Almodóvar. Algunos puede que lo consigan, pero créanme que no será a través de un caminito de rosas. Prepárense para la supervivencia, no del más fuerte, sino del mejor relacionado. Bienvenidos al mundo real.

Escrito por La pequeña Delirio a las 1 de Febrero 2007 a las 01:49 AM
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