La Pequeña Delirio

Esa tomadura de pelo que es X-Men 3

Obnubilada por la campaña desplegada en vallas y marquesinas por los Madriles, me he animado ha "perpetrar" esa crítica devastadora que no hice en su momento de ese chiste llamado X-Men 3. Y es que empiezo a estar hasta las córneas de que el trailer sea mejor que la película; más aún si de lo que hablamos es de llevar a la gran pantalla la Saga de Fénix Oscura. Pero empecemos por el principio.

El día que Stan Lee salió en "Mallrats" y todos los frikis dieron palmas con las orejas fue el principio del fin. Desde ese momento una idea quedaría almacenada en la cabecita de ese entrañable vejete: Cómo hacer dinero poniendo tan solo la firma. Le salió bien con "Spiderman". "Hulk" resultó ser un rotundo fracaso, pese a estar firmada por Ang Lee. "Los 4 Fantásticos" tan solo le gustó a mi madre, que es una nostálgica ¿Y los mutantes? Si van ya por la tercera es que algo de dinero deben estar dando, eso seguro. "X-Men. La película" me decepcionó a lo bestia y no porque fuera una mala película; todo lo contrario, la historia era buena, los actores estaban en su sitio, pero esa Patrulla X no era mi Patrulla X.

Una vez hecha a la idea de esos "nuevos" mutantes, Brian Synger tan solo tenía que hacer una buena secuela para que esta niña durmiera tranquila. Y vaya que si la hizo. Recogí mi mandíbula del suelo, la vi dos veces más (en pantalla grande) y quise a ese hombre por el resto de los restos. El milagro se hizo gracias a la pericia publicitaria de la campaña de estreno. En la promoción se le dio una importancia capital a Lobezno y a Tormenta. Los carteles y el trailer vendían que las estrellas indiscutibles serían Logan y Ororo, y que la sorpresa correría a cargo de Rondador Nocturno. Nadie se esperaba que la apocada Jean Grey se convertiría en el Fénix.

Making X-Men 3
Todo eran expectativas. Muy elevadas, lo admito. Pero es que el listón estaba muy alto. No obstante, resultó que Mr. Synger, padre de la criatura, dejó a su trilogía huérfana por culpa de un rollo con un icono americano: El Superhombre. El sustituto resultó ser Brett Ranner, un sujeto que, antes que cine, había hecho making of de viceoclips y episodios pilotos de series como "Prision Break". Pero, pese a su "espectacular" curriculum (ejem), Brett Ratner ni siquiera supo cerrar una trilogía. Como ya he apuntado en la entradilla, cuando el trailer de una película supera con creces a la película en sí, corran amigos, porque no tienen ni idea del pedazo de fraude que van a contemplar sus ojos.

El comienzo promete. Vuelve Jean Grey del más allá convertida en una femme fatale de tomo y lomo. Ha dejado de ser Jean, por obra y magia del Espíritu Santo. Ahora es Fénix. Y, como todos saben, la entidad cósmica en cuestión decide cargarse a su adorado maridito en un ataque de nosesabequé. Histera, tal vez. Aquí ya te preguntas si el guionista se leyó algún cómic antes de ponerse a escribir porque, en lo que respecta a las motivaciones del personaje, cargarse al soso de Cíclope es dinamitar la única posibilidad de recuperar a Jean Grey de las garras de la entidad Fénix. Pero sigamos, porque la película tan solo acaba de empezar...

Interior enfermería. Lobezno y Famke/Fénix. Ella vuelve en sí, desatada y libidinosa (lo mejor de la película) ¡Y Lobezno dice que no! ¡Ese no es Lobezno, es un clon! Ais!!! Por no hablar de Tormenta/Barbie Peluquería abofeteada por una pseudo Calixto (en guapo) y un Arco Voltaico que resulta ser una tía! Subrayar lo blancos y guapos que son los mutantes buenos y lo malotes, feos y "étnicos" que son los mutantes malos, una suerte de morlocks venidos a menos. Por no hablar de Pícara, esa belleza sureña que enamoró a todos en los lápices de Jim Lee y que, incomprensiblemente, interpreta desde el principio de la saga una Anna Paquin con perpetua cara de circunstancias y morbo cero.

SPOILER SPOILER
Pero no se vayan porque todavía hay más. La cúspide del sinsentido llega cuando el director nos demuestra que, además de tener un don para elaborar un producto aburrido, odia a las mujeres bonitas. Consigue convertir a la más bella máquina de matar jamás creada por la Marvel en una mamarracha con el pelo hecho un cristo y la cara demacrada, con un uniforme de mentira y unos poderes de chiste. Famke/Fénix no es solo mala; también es fea y muda.

Ser una entidad cósmica de poder ilimitado le crea problemas a la hora de relacionarse. Y, lo más extraño, decide convertirse por propia voluntad, tras un incomprensible arrebato de maldad extrema, en un matón del siempre eficiente Magneto. Misoginia! Y es que, argumentar que Jean Grey es el Fénix porque siempre ha estado conteniendo su poder y que, tras los traumas del día, se ha desatado en su interior un demonio destructor incontrolable es más que decepcionante. Por no hablar del irónico y familiar final. Lobezno, ese personaje que siempre ha representado todo lo salvaje que hay en Jean, es el elegido para que, (Oh My God!) en un instante de clarividencia, atraviese el estómago del Fénix con sus garras. Ais!!! Se supone que el Fenix se nutre de la destrucción y la purificación de planetas, pero en la escena final no se eleva más de diez palmos del suelo (se dejaron el presupuesto en el puente y se olvidaron de los fuegos artificiales de verdad).

Conclusión: No tomen X-Men 3 como parte de la trilogía, no tiene sentido. En cambio, dado que seguramente no les devolverán el dinero de la entrada, el tiempo de descarga de la mula o las ilusiones propias de la infancia, ejerciten un noble acto de venganza preparando un muñeco vudú de Brian Synger, ese traidor que nos abandonó por un Superman que también dejó mucho que desear.

*Nota al margen: Lo que le hacen a Mística no tiene nombre y Kitty Pryde nunca fue tan perturbadora. La Bestia mola, lo admito, pero al Ángel se lo podían haber dejado en casa... En resumen, demasiados mutantes y poca historia. Esta película, en ocasiones, me parece un homenaje a los comix de gente como Liefeld. Una tomadura de pelo.

Escrito por La pequeña Delirio a las 3 de Noviembre 2006 a las 12:02 PM