19 de Septiembre 2006
Me volví cotidiana en tus páginas sin colorear
Las mañanas arrastradas de leche cortada y noticias a medio digerir componen los cuatro versos encadenados que sueño mientras el autobús se llena. De suspiros, de bostezos, de fumadores que abren la ventana y madres que miran al suelo. Tirarme de la cama y recoger lo que perdí mientras dormía se vuelve una rutina estudiada desde la silla giratoria de mi oficina. Subo las escaleras descalza y mis huellas escalan hasta el tercer piso sin ascensor en el que me he dejado las notas de un discurso, unas cuantas dioctrías y ese libro que me regalaste por mi no cumpleaños, donde la protagonista se pintaba de rojo porque le gustaba ser contemporánea. Párpados caídos, patas de gallo y piel de naranja. No me guardo las ganas, pero el futuro se presenta derivado. No quiero parecerme a mi madre dentro de tres décadas, un matrimonio y algunos sueños convertidos en "hobbies". Buscar tus zapatillas entre mis tacones y no pintarme la raya. Mentirte cuando me abrazas y decirte que mejor nos queremos mañana, o el viernes, o... Buscarte entre las multitudes porque echo de menos las casualidades. Ponerme ese vestido de tirantes y deshacer todas las calles para pensarme capicúa. Sin principio aparente y mañanas teñidas de gris. Llegando tarde a trabajar.
Escrito por La pequeña Delirio a las 19 de Septiembre 2006 a las 12:50 PM
Estaba buceando por internet y sin querer e ido a parar a tiu blog. Yo no suelo hacer estas cosas, de hecho ni sabía que existían....
En fin, ese no es el caso, solo quería felicitarte por tu literatura y esas imagenes con las que la acompañas, espero no haberte molestado.
Demasiadas mañanas grises nos arrastran a ese mundo donde la cara se agrieta y el carácter sabe agrio. Rodamos en nuestra imaginación para no estancarnos en un vagón de metro, para no morir mentalmente con la lobotomía de la rutina, de los empujones, del civismo inexistente y de la vacuidad de un trabajo sin más recompensa que un mísero tintineo a final de mes. ¿No has tenido ganas alguna vez de coger el tren en sentido contrario?
Siendo todos de colores, nos neutralizamos en el tedio, nos enfadamos con nosotros mismos y ansiamos la destrucción de la especie humana. Un camino metódico, sin posibilidades de salirse del margen, sin oportunidad de ser diferente
Una realidad cruda y envolvente, que nos convence de que no hay nada mejor que estar metido en una oficina, alejada de la vida, de las calles amables, del calor verdadero y el corazón latiente de esta ciudad a la que te hacen odiar; por su destrucción continua rebosante de avaricia
Miro a la multitud revolviendo en la caja de las casualidades, en busca de una mirada correspondiente que diga: ¡Huyamos! Para salir corriendo y sentir
Dormimos cinco horas para recibir bofetadas en forma de buenos días. Quiero volver a ser joven y bella, dice la niña que todavía duerme en algún lugar de mis entrañas... pero se calla cuando la gilipollas que ha crecido le enseña las condiciones del contrato.
Escrito por Pequeña Delirio a las 21 de Septiembre 2006 a las 01:13 AMPreocupantes letras pequeñas se esconden en lo cotidiano... ese contrato que firmamos sin darnos cuenta, en un mundo inventado por alguien con poco sentido del humor. La rueda que te arrastra al centro sin posibilidad aparente de escapar... ¿nos agarramos a esa expresión de las apariencias engañan?, así lo intentamos... así rompemos el mecanismo o nos infiltramos en algún hueco habitable, recordando algunos versos o incluso libros enteros... así es la lucha de las mujeres libro ^_^
Me ha gustado mucho tu blog, felicidades, pásate por el mío cuando quieras, quedas invitada.
http://www.elangeldelasmilvioletas.blogspot.com