Entenderte y tenerte no tienen el mismo punto de fuga, aunque rimen en consonante. Te veo pero no te siento. No puedes evitarlo y yo no sé por qué lo soporto.
Te me escurres entre las piernas para buscar destinos mejores debajo de las sábanas. Invitarte a mi nido donde se soñaron incestos, sacudir el colchón de sueños caducos y deseos enfermos, guerrear en el lecho... tú prefieres jugarlo en la cama. Sinónimos que esconden un confuso bioma donde dar la réplica a todos los paraísos perdidos.
Y memorizar cada puñalada con nombre de abandono, decepción, ira o frustración me arranca las ganas de golpe y me deja pensando en palabras agudas que terminan en ene.
Las tildes me cansan, pero encuentro una satisfacción inusual en repetirme al oído que amor está a una vocal de convertirse en carcajada. No te fijes en la muda, tan solo se ofrece a los niños que no saben que en latín se vestía de letra, ya sabes, la única grafía que, cuando encerrábamos consonantes en cuadrículas Bruño, ocupaba tres renglones: efffffffe.
Todavía no me creo que hoy hayas decidido tomarte semejante pérdida con tan buen humor...
Escrito por La pequeña Delirio a las 13 de Agosto 2006 a las 08:22 PM