Encontrarás mi sonrisa detrás de ese nombre, pero será una mueca forzada, un grito vestido de carmín y saliva, una herida desde la que buscar el principio de todas mis ganas de quererte en mi boca...
Háblame como entonces y no dejes que tanta humedad se quede entre las sábanas. Me descompones. Desperdigas mis piezas, para todos, para cualquiera... pero solo te quiero a ti entre mis piernas... y tú has decidido abandonar el campo de batalla, alistarte a otra guerra, mientras te quedas mirando el maldito techo desconchado, resbalando de tu boca otro "Estoy cansado"...
Y no me siento culpable. Solo triste y deshecha.
Me río, me doy cuenta y sonrío. Descubro detrás del espejo a una niña despellejada por todos los noes que me prestas y no te devuelvo...
No te encuentro en esta habitación abarrotada de escenas de cama y estás mirando mi cuerpo desnudo como quien mira un escaparate de saldos...
Recojo mi envoltorio del suelo, como antes, como siempre. Escondo entre algodones mi carne magullada y saboreo la cal de mis labios... Quiero enseñarle al mundo las heridas de nuestro accidente, la caligrafía de nuestro contrato y los rehenes de nuestra contienda...
Si te decides, si algún día recuerdas que bajo mi falda nunca hubo tejidas barreras, llámame a gritos o sorpréndeme por la espalda... pero no me pidas que recuerde tu nombre...
Nos vemos en las trincheras...
Escrito por La pequeña Delirio a las 18 de Mayo 2006 a las 12:15 AM